14 de diciembre de 2009


La oposición corre el riesgo de creer en su impostura

El Bicentenario: Democracia, Justicia y Unidad Continental

“De todo laberinto se sale por arriba”
afirmó nuestro Leopoldo Marechal. Esta propuesta metafísica es el mejor consejo que asesor alguno podría ofrecer a Cristina Kirchner.


En la noche del 3 de diciembre la televisión opositora montó un increíble circo, con la ayuda de algunos actores secundarios que consiguieron de tal forma los 15 segundos de fama que alguien auguró para todos los seres humanos en la época de la dictadura mediática. En efecto, la momentánea superioridad numérica de una oposición pegada con saliva fue presentada ante la opinión pública como una especie de revolución asamblearia que pondría fin a una oprobiosa dictadura cesarista.


Lo que en realidad había ocurrido, fuera de las exageraciones impresionistas del periodismo venal, era que la composición de la Cámara de Diputados reflejaba la pérdida de la mayoría por parte del oficialismo, y su conversión en primera minoría, como resultado de las elecciones del 28 de junio. Ni más que eso, ni menos que eso.


El resultado de aquellas elecciones es algo que todavía se está procesando en el seno del movimiento nacional. Errores y debilidades acumulados en seis años de enormes logros condicionaron ese resultado. Eso y una esquiva clase media, educada en el ensueño de la paridad uno a uno, del viaje a Miami y el elixir de los shoppings, puso un escollo a la política del gobierno.

Pero dos hechos sorprendentes ocurrieron a consecuencia de ello.

En primer lugar un acelerado proceso de reunificación y de discusión política en el seno de las bases militantes del peronismo y sus sectores aliados. Miles y miles de reuniones y asambleas en todo el país revitalizaron una discusión política muchas veces postergada. En lugar de vivir el resultado electoral como una derrota, la energía popular que nutre a las bases del movimiento sintió que era momento de reagrupamiento, reflexión y contraataque. Esta publicación es, incluso, el resultado de esa respuesta.


El otro hecho, que sorprendió a una oposición aferrada a los aspectos puramente formales de la democracia fue la contraofensiva lanzada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y sostenida por una amplia movilización popular. Se presentó y aprobó, con un amplio consenso, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, asestando un golpe fatal a la hegemonía cultural e informativa de los monopolios mediáticos. Se lanzó un plan de asignación universal por hijos, se sancionó un aguinaldo a los jubilados de menores recursos, se presentó y sancionó una reforma de la ley electoral y de partidos políticos. Lejos de arredrarse ante los resultados legislativos, el gobierno afirmó su voluntad de ejercer el ejecutivo y cumplimentar el mandato popular por la totalidad del período que faculta la Constitución Nacional.


No va a ser ésta la primera vez que un gobierno popular debe gobernar con una cámara adversa. Ya en 1916, el caudillo popular Hipólito Yrigoyen debió lidiar con un Congreso opositor, en manos de los personeros del viejo régimen. Ello no impidió, gracias a la firme decisión presidencial de entonces, llevar adelante su programa y asestar duros golpes a la oligarquía de entonces.

Cristina deberá elaborar una fina política de alianzas en el seno del Congreso y elaborar propuestas a las que un amplio sector de los actuales diputados no puedan oponerse sin caer en graves contradicciones con sus electores y sus propios principios. Hay una amplia gama de reclamos y tareas capaces de concitar un gran reagrupamiento de fuerzas nacionales y populares. La oposición, en la que alternan en impúdico connubio millonarios como Francisco de Nárvaez y pequeños productores sojeros como el cineasta Ezequiel Solanas Pacheco, ex procesistas como la doctora Elisa Carrió o el doctor Oscar Aguad con sedicentes progresistas como el ignoto Fernando Iglesias o el economista Claudio Lozano, no puede presentar un solo proyecto de conjunto que no sea su temor y desprecio a las fuerzas sociales que se expresan en el gobierno de Cristina Kirchner.


Durante un cierto tiempo vamos a ver emigrar de los despachos oficiales a muchos bienpensantes que se acercaron en el momento de las vacas gordas y el famoso “viento de cola”. Pero con seguridad sus vacíos serán llenados con probados militantes nacionales y populares, con probados peronistas en condiciones de librar las duras batallas que se avecinan.


2010 no es un año más. El conjunto de los países hispanohablantes del continente celebramos el inicio de nuestra vida independiente. La Argentina, 100 años después de aquel Centenario donde gran parte de la oposición ha depositado su edén simbólico, puede exhibir al mundo el ejercicio de una democracia plena y las más amplias libertades individuales. Ha logrado atravesar, con esfuerzo pero sin desgarros, una gigantesca y planetaria crisis financiera. Contrariamente a aquellos países a los que el cipayismo neoliberal admira, la Argentina sale de ella con fortaleza financiera y económica, con un sólido sistema de protección social en defensa de los más débiles y con un sistema productivo intacto y con capacidad de crecimiento. Es más, una de las razones que explica la histeria del rejunte opositor, de la nueva Unión Democrática parlamentaria, es la fortaleza de nuestra economía.


A diferencia de aquella Argentina del Centenario que celebraba la apoteosis de la balcanización y el tonto orgullo de nuestras estrechas y débiles soberanías nacionales, la Argentina del 2010 ha establecido como destino estratégico la unidad con los países suramericanos. El fortalecimiento y profundización del Mercosur y la voluntad inclaudicable de consolidar un continente soberano, capaz de resistir las presiones imperialistas y dar un porvenir de bienestar a sus ciudadanos es, hoy, una de las principales tareas a las que estamos convocados.

En ese desarrollo, la oposición perderá inexorablemente la mueca de sonrisa que ha exhibido estos días en las pantallas de la televisión.


Publicada en ReVisión Nº1

7 de diciembre de 2009

Primer Encuentro Nacional del MPB

BLOGUEROS EN ACCIÓN

Hace menos de cinco meses, diez blogs peronistas decidieron aunar esfuerzos para apoyar el proyecto nacional. Hoy, son más de ochenta los blogs que conforman el Movimiento Peronista Bloguero, una organización que ya superó el espacio virtual para llevar adelante un proyecto de lucha y militancia.

“Nuestra tarea es resistir la embestida gorila al gobierno popular. Para eso, y para garantizarle al pueblo el derecho a la información, es que escribimos y ‘posteamos’”, aseguran los integrantes del MPB, que el sábado 5 de noviembre se dieron cita en el Hotel “26 de Julio” de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación para celebrar el “Primer Encuentro Nacional del Movimiento Peronista Bloguero”, una agrupación que nació al amparo de una coincidencia ideológico-política: primero peronistas, luego blogueros.

Aquella idea lanzada a mediados de agosto pasado se materializó ayer en una reunión que acerca más a estos blogueros a la organización política tradicional que a las redes sociales comunes de Internet. Según señalaron algunos de los participantes, “esta circunstancia para nada contraría el trabajo que realizamos en la web, sino que, a partir de objetivos programáticos e ideológicos comunes, como peronistas que somos, resulta natural darnos un marco organizativo”.

El MPB cuenta con blogs miembros de las provincias del Chaco, Córdoba, Tucumán, Río Negro, Corrientes, Mendoza, La Pampa, Santiago del Estero, Santa Cruz, además de Capital Federal y Buenos Aires, y hasta un blog de un argentino que reside en México, entre otros.

Este primer plenario incluyó un repaso de la actividades desarrolladas por el MPB de manera ya no virtual, sino fáctica, como la participación de muchos blogueros, mediante ponencias, en las audiencias públicas realizadas en el marco del tratamiento de la nueva Ley de Servicios Audiovisuales, y el “aguante” en la calle hasta que se votó en último artículo de la norma en el Senado, hasta la colaboración en una campaña solidaria por las víctimas de la inundación en la provincia del Chaco.

Se eligió por unanimidad un secretariado general que conducirá al MPB hasta el próximo plenario que –en principio– tendría lugar en junio de 2010 en la provincia del Chaco, y que quedó conformado por los siguientes blogs: elotrocampo(.blogspot.com); danielmancuso; joserubensentis; lapampaperonista; liderazgocristina; lomasnuevoolomasviejo-besuzzo.; loquepiensalagentenoestadichosinopor; loscanichesdeperon; nada-es-casual; pensando-la-argetnina; tani-aluvionzoologico, y tigreperonista.


¡Felicitaciones y nuevos logros en la tarea de la organización!

5 de diciembre de 2009


Un reportaje en la Radio de la Ciudad del niño Mauricio

Hoy a la tarde recibí un mail de una señorita que se presentó como productora del programa de Gustavo Mura y después de consultarme si yo era el Julio Fernández de Causa Popular, me preguntó si podían hacerme una nota.
Obviamente le dije que sí y le di mi celular.
A eso de las ocho menos cuarto de la noche, suena mi celular en el medio de un concierto y se trata de la arriba mencionada productora que me informa que habla desde Radio de la Ciudad y si me pueden poner al aire para hacer una nota con el ya mencionado Gustavo Mura,
Le digo que sí, me retiro del concierto y espero.
Al ratito escucho la voz de un señor de unos treinta y pico, a lo sumo cuarenta y pico, de años, que con cierta displicencia me interroga sobre la impugnación a la jura de la diputada Carrió. Le explico de qué se trata, le explico lo que es el delito de traición a la patria, tipificado en nuestro Código Penal y no mucho más.
Me interrumpe para preguntarme que es Causa Popular. Le explico con paciencia que se trata de un movimiento político vinculado a la tradición de la Izquierda Nacional y a las ideas y acción de Jorge Abelardo Ramos. Me responde algo como "ah, sí" y continúa interrogándome sobre si nos hemos presentado a elecciones y cuántos somos y cosas así, propias de un comisario de Villa Lugano un viernes a la noche.
Con paciencia le sigo explicando que sí, que en distintas alianzas nos hemos tratado de presentar en todas las elecciones que hemos podido, con suerte varia y que así es la política. Considerando a esta altura que yo era una mierda que estaba abusando de su tiempo y de su selecta audiencia, me interroga, una vez más, sobre si un pequeño grupo como el mío se sentía con derecho a impugnar a una diputada elegida por el pueblo. Le respondo que mi pequeño grupo no ha impugnado a nadie. Que quienes lo han hecho es un grupo de unos ciento y pico de ciudadanos argentinos y que lo han hecho, precisamente, a título de ciudadanos argentinos,que es, por otra parte, como se hacen estas impugnaciones, al no existir una personería política que permita hacerlo en nombre de ella. Y que la denuncia de un posible delito no es sólo un derecho, sino un deber de todo ciudadano honrado y que ame a su patria.
A esta altura el grébano ya está molesto, irritado y no sabe cómo sacarme de quicio. Entra ayudarlo su copiloto, cuyo nombre afortunadamente he olvidado, quien me pregunta si ya hemos hecho antes este tipo de presentaciones. Le respondo que, por fortuna para nosotros y la Patria, nunca antes nos habíamos encontrado frente a la posible comisión del delito de traición a la Patria. Me dice, entonces, que lo que me quiere preguntar es sí es la primera vez que enviamos cosas a la prensa. Le respondo que semanalmente enviamos comunicados y declaraciones haciendo conocer nuestros puntos de vista, pero que nunca, como esta vez, tuvimos la suerte de que dos importantes diarios los publicasen. No obstante ello, publicamos periódicos, escribimos en internet y tenemos libros publicados. Es decir que no somos desconocidos. Desconcertado, el palurdo me dice que él no sabe eso, a lo que le respondo que, efectivamente, ese es el problema, su ignorancia.
Reaparece en su ayuda el primer interrogador quien me pregunta que opino de lo de ayer. Le digo que no entiendo la pregunta, si me la puede explicar porque no sé a que se refiere. Me explica que qué me pareció lo ocurrido ayer en el Congreso -como si ello tuviera que ver con mi denuncia de traición a la Patria, que en su memoria y preocupación ya había quedado completamente olvidada-. Le doy una explicación y me interrumpe para interrogarme que qué opino del gobierno. Le explico con toda la paciencia del caso y me vuelve a interrumpir para preguntarme que qué pienso de las estadísticas del Indec. Comienzo una explicación y me vuelve a interrumpir para interrogarme sobre si no me di cuenta que el gobierno perdió las elecciones. Le explico que el gobierno no "perdió" las elecciones sino que se convirtió en la primera minoría y me vuelve a interrumpir para que le hable sobre economía. Comienzo a explicarle que la estatización de las AFJP permitió que la Argentina sintiera la crisis internacional de manera muy aliviada y ya en tren provocativo afirmo apodícticamente que la economía está muy bien, a lo que recibo la siguiente increíble e insolente respuesta: "la suya estará bien". Ignora el pelmazo que tengo un juicio de desalojo de mi departamento por falta de pago, y le contesté que, lamentablemente no es así, que mi economía personal es muy mala, no así la del país que avizora un 2010 prometedor y tranquilo en el plano de la economía.
Ya desbordado, el patán me dice que cómo puedo decir eso con los miles de desocupados que se han movilizado en estos días pidiendo planes porque se mueren de hambre. Hasta ahí llegó mi amor.
Interrumpiendole le pregunté desde cuando en la radio de Macri se preocupaban por los piqueteros y los planes sociales."Esta no es la radio de Macri" me respondió airado el zopenco. Le expliqué que no se engañara, que sí lo era, a lo que comenzó a hablarme de los pobres jubilados que se mueren de hambre. Le expliqué que habían tenido aumentos y que estaban cobrando un aguinaldo que implicaba el ingreso al consumo del orden de mil quinientos millones de pesos. A esto recibí la siguiente e insólita respuesta: "Pero es por una sola vez". A ello le pregunté si él prefería que fuese por ninguna vez.
A esta altura los salamines estaban arrepentidos, no de haberme llamado, sino de haber ido al programa.
Me despidieron y les agradeci la conversación. Para quedarse con la última palabra el zoquete alquilón me dijo que qué me parecía la radio de Macri que me dejaba hablar. Ya para romper le pregunté si estaba arrepentido de haberme llamado ya que me hacía esa pregunta. "Su reportaje no es algo para ponderar, más allá de las gracias que ya le he dado", le dije. "Simplemente les interesó en algún momento mi denuncia acerca de que la señora Carrió es traidora a la Patria".
"Mire Baraibar, me dijo, mejor terminemos acá".
Y colgó.
Buenos Aires, 3 de diciembre de 2009